Soltar para decidir: una práctica simple que transforma
Hace unos días una sabia amiga y colega me dijo una de las mejores frases que me ha resonado este año: “si no está en tus manos que no esté tu mente.”
Me quedé pensando en lo simple y lo brutalmente útil que es. Vivimos con la cabeza llena de pendientes imaginarios: escenarios que no controlamos, decisiones ajenas, tiempos que no dependen de nosotros, resultados que aún no existen. Y sin darnos cuenta, eso nos drena energía, foco y ánimo.
Esta frase no es resignación. Es higiene mental. Es elegir dónde poner la atención.
Porque lo que sí está en nuestras manos -y a veces se nos olvida- es:
- Cómo respondemos.
- Qué conversación abrimos (o cerramos).
- Qué límites ponemos.
- Qué pedimos con claridad.
- Qué hábito sostenemos hoy.
- Qué prioridad cuidamos esta semana.
- Que compromisos adquirimos y respetamos.
- Como cuidamos y sostengo a nuestro equipo de trabajo.
- Cómo atendemos nuestra salud y bienestar.
- Como disfrutamos y pasamos tiempo de calidad con nuestra familia.
Y podríamos seguir enumerando…
Todo lo demás puede estar afuera… pero no tiene por qué instalarse en nuestra cabeza.
En liderazgo, en equipo, en familia, en salud, en proyectos: cargar con lo incontrolable suele disfrazarse de responsabilidad, pero -muchas veces- con un costo enorme. Nos hace reaccionar más que decidir. Nos pone ansiosos en vez de estratégicos. Nos quita presencia y cercanía.
Cuando Natalia dijo esta frase, me quedé pensando… y estoy intentando practicarlo así, en versión concreta:
- Identificar qué me está ocupando la cabeza.
- Preguntarme con honestidad si está en mis manos y alcance.
- Si no lo está, soltarlo. Y si sí lo está, hacer algo pequeño hoy.
Parece simple, pero cambia el día.
Quizá a ti también te sirva este recordatorio:
No todo lo que te preocupa merece vivir en tu cabeza. Quédate con lo que puedes movilizar con tu energía.
¿En qué parte de tu vida sientes que te vendría bien aplicar esta frase esta semana?
¿Como finalizas este 2025?
Ojalá que el 2026 venga cargado de cosas que estén en tus manos… y si no… que salgan y no atormenten tus pensamientos.
¡Feliz cierre de año!
Un abrazo,
María José
